El nombre «tomillo» deriva del griego thyo, que significa «sacrificar». Los antiguos griegos creían que el aroma del tomillo encarnaba la actividad, el valor y el coraje, y expulsaba a los espíritus tóxicos.
Llene un tarro de cristal con flores de tomillo y vierta miel de alta calidad hasta que las flores estén bien cubiertas. Cierre el tarro de cristal, colóquelo boca abajo y déjelo reposar durante cuatro semanas.