¿Te falta el aire?

¿Te ha pasado alguna vez que sientes que te falta el aire? Intentas tomar una bocanada, pero notas que tus pulmones no se acaban de llenar. Es probable que esta sensación dure solo unos instantes, sí, pero la dificultad para respirar puede producir verdaderos momentos de agobio. No hay nada comparable a respirar y sentir cómo el aire fresco vuelve a fluir por tu cuerpo.

La respiración es el aspecto fundamental del día a día, pero es una acción a la que le prestamos muy poca atención hasta que nos falta el aire y sentimos que necesitamos respirar. Es un momento molesto.

Tras recomponernos, cuando por fin conseguimos disfrutar esa bocanada de frescura, valoramos el trabajo muscular intenso que supone para nuestro cuerpo el sistema respiratorio y llegamos a pensar: “voy a cuidarlo más”. Inconscientemente, lo que reflexionamos en ese momento es: “voy a cuidarme más”.

El aparato respiratorio comienza en la nariz o la boca, y llega hasta los pulmones. Los seres humanos respiramos de forma innata y la mayoría de veces de forma inconsciente. Pero, ¿sabías que se puede respirar mal?

¿Por qué me cuesta respirar?

A quién no le gusta caminar por la montaña, llegar a la cima y disfrutar de la brisa fresca, las vistas, la naturaleza… La sensación sin embargo es la de… ¡necesito respirar! Las grandes ciudades nos impiden tener la sensación de poder respirar libremente aire puro y el ritmo de vida frenético nos quita tiempo para cuidar de nuestro cuerpo.

La sensación de falta de aire puede tener muchas causas diferentes. Puede deberse a hábitos poco sanos como la falta de deporte, al entorno en el que vivimos, a la inestabilidad emocional, o a causas estacionales como la subida y bajada de temperaturas.

Sea cual sea la razón, ¿por qué te puede faltar el aire?

  • El tabaco pone en peligro la salud pulmonar y, literalmente, te quita el aire según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según explica esta organización en su campaña antitabaco, al inhalar el humo del tabaco “las estructuras que eliminan la mucosidad y la suciedad de las vías respiratorias quedan paralizadas”. De esta forma, “las sustancias tóxicas que hay en el humo del tabaco penetran más fácilmente en los pulmones”.
  • Falta de forma física. El deporte es fundamental para nuestra respiración. Aunque parezca mentira, nuestro sistema respiratorio también se puede ejercitar y, además, necesita entrenar. Las actividades que requieren una respiración profunda y consciente son ideales para crear una mayor tolerancia al ejercicio físico. De esta forma podremos aliviar la dificultad para respirar y centrarnos en disfrutar.
  • Causas estacionales. Después de un resfriado o una gripe tendemos a tener congestión nasal, algo que impide que el aire fluya con normalidad. Esto se produce cuando los tejidos que recubren la nariz se inflaman. Puede ocurrirnos, igualmente, cuando tenemos ataques de alergia.
  • Cuando vivimos situaciones que nos producen una cierta inestabilidad emocional puede pasar que aceleremos la respiración, y no estemos tomando tanto aire como necesitamos. Podemos sentir además que nos falta el aire y que tenemos dificultades para respirar. Es por eso que, ante esta situación, lo recomendable es respirar de forma consciente y profundamente.

¡Me falta el aire! Consejos para ayudar a aliviar la dificultad para respirar

¡Que no cunda el pánico! La dificultad para respirar puede ser una sensación extremadamente molesta y muy incómoda en nuestro día a día. Es posible que en ocasiones solo necesitamos dedicar unos segundos a nuestro cuerpo y ofrecerle una buena bocanada de aire.

Los seres humanos tenemos el control de nuestra respiración, pero ¿lo utilizamos? La respiración es tan necesaria como inconsciente. No nos pasamos el día pensando, inspira… respira… Lo hacemos de forma natural desde que llegamos al mundo. Es por eso que quizás le prestamos poca atención, hasta que surge esa dificultad para respirar.

Si todavía no te has dado cuenta, sí, se puede respirar mal, y es perjudicial para nuestro sistema respiratorio y nuestro bienestar. La sensación de libertad al respirar pasa por saber hacerlo bien. Ahora te estarás preguntando, bueno, y ¿qué hago mal? Apunta estos consejos para cuidar de tu salud respiratoria.

  • Respirar por la nariz. Es la entrada natural del aire a nuestro cuerpo, y es la primera barrera de defensa natural porque su función es preparar el inspirado. Las fosas nasales humidifican el aire, lo limpian y lo purifican para que llegue a los pulmones en las mejores condiciones.
  • Entrena tus pulmones. Como hemos dicho antes, unos pulmones fuertes permitirán una mejor respiración. Puedes probar con la práctica de diferentes actividades. Son altamente recomendables el yoga y el pilates porque la base de estas prácticas son el control de la respiración.
  • Utiliza el diafragma. Este músculo está justo debajo de los pulmones y es el músculo respiratorio por excelencia. Al respirar de forma consciente utilizando el diafragma, este se aplana y deja más espacio a los pulmones. Con esta respiración el pecho permanece quieto y lo que se hincha en el abdomen.
  • Respira aire limpio. Aunque si vives en la ciudad eso es difícil. Mantén una correcta ventilación de la casa y escápate a la naturaleza siempre que puedas. Llena tus pulmones con la energía de la naturaleza, y, ¿por qué no? con el aire puro de las montañas suizas.

Los malos hábitos respiratorios pueden llevar, entre otras cosas, a la irritación de la garganta si respiras por la boca. Si quieres aliviar la dificultad para respirar, está en tu mano cuidar tu sistema respiratorio. Recuerda que tú tienes el control de tu respiración.

¡Necesito respirar! Cambia tus hábitos de forma natural

Algunos de los problemas respiratorios más comunes como la tos, la irritación o la congestión.

La congestión nasal se produce cuando los vasos sanguíneos de la nariz se dilatan y aumenta la irrigación de la mucosa de la nariz. Esto provoca inflamación en los conductos nasales y permite entrar menos aire. Si te identificas con esta sensación de falta de aire por congestión,¡te damos algunos consejos para prevenirla y tratarla según el Colegio Oficial de farmacéuticos!

  • Beber líquidos de forma adecuada y llevar una dieta equilibrada.
  • Evitar los cambios bruscos de temperatura.
  • Ventila los espacios cerrados. Es recomendable que no haya demasiada humedad en el ambiente, pero tampoco es bueno que el aire sea demasiado seco.
  • Una limpieza adecuada ayuda a evitar congestión de origen alérgico, como por ejemplo, al polvo.
  • Haz lavados de las fosas nasales con suero salino e inhalaciones. Los lavador de suero salino es muy seguro y por eso es recomendable también en niños. Las inhalaciones se pueden hacer con el vapor del agua caliente. Añadir al agua plantas como el eucalipto o el mentol pueden ser de ayuda para descongestionar.

Está en nuestras manos deshacernos de la dificultad para respirar del día a día. Entrena tus pulmones y tu mente para conseguir un aparato respiratorio fuerte. El objetivo es lograr mejorar nuestro bienestar, y en ello entra poder llegar a la cima de la montaña y… ¡ahhhhh! Disfrutar esa maravillosa sensación de libertad al respirar.

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¡Dale al pause en tu rutina y déjate llevar por una sensación de libertad al respirar!

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